Le dan 22 años por el feminicidio de Silvia “N”

La FGEG pudo establecer que desde 2015, este sujeto agredía física y verbalmente a la ofendida Silvia “N”,  como ocurrió en el mes de octubre de ese año cuando, alcoholizado, el hombre la golpeó con los puños cerrados en la cara y la pateó en el cuerpo. A partir de esa fecha, el imputado la agredió con frecuencia y sin motivo aparente.

A mediados del mes de mayo de 2017, en hechos ocurridos en su domicilio de Cortazar, el imputado la aventó contra un mueble de madera y ya en el suelo, la pateó, hasta causarle fracturas que merecieron una intervención quirúrgica. La ofendida no deseó poner una denuncia ni avisar a las autoridades.

Las golpizas continuaron y en el mes de agosto de 2017, la mujer recibió un golpe en el mentón y al manifestar que se iría de la casa conyugal, GONZALO “N” tomó un cuchillo y le encajó un golpe en su brazo izquierdo, haciéndola sangrar.

Derivado de lo anterior, la ofendida presentó una denuncia en la Unidad de Atención Integral a la Mujer en Cortazar y la FGEG intervino para detener al inculpado, pero resolvió el no ejercicio de la acción penal porque la ofendida le otorgó el perdón al agresor y en diciembre del mismo año. Regresó a vivir con este sujeto.

Las agresiones continuaron durante 2018, y la mujer fue herida de la frente por los golpes contra el piso que le propinó el acusado, lo cual mereció nuevamente la intervención médica, sin mediar testigos por ocurrir los hechos en el domicilio conyugal.

En 2019, GONZALO “N” nuevamente convenció a Silvia de regresar con él y los fines de semana los pasaban en un rancho de los padres de ella, en Jaral del Progreso, domicilio que se encuentra solo. El 3 de agosto de 2019, el agresor se molestó por una insignificancia, de nueva cuenta mezcló bebidas alcohólicas con su tratamiento por epilepsia.

Esta vez, la agresión subió de nivel y tras los acostumbrados empujones y patadas, GONZALO “N”, la tomó del cuello con sus manos para callar los gritos de auxilio de la mujer. Silvia quedó inconsciente y sólo la oportuna intervención de unos primos que escucharon sus gritos, la auxiliaron y le quitaron de encima al agresor. 

El agresor fue sentenciado en juicio oral a 22 años y 6 meses de prisión acusado por el delito de tentativa de feminicidio. Está obligado a pagar la reparación del daño moral y físico de la ofendida.