Fallece en presión el opositor ruso Alexei Navalny

El viernes pasado, se confirmó el fallecimiento de Alexei Navalny en prisión, según informó el servicio penitenciario. Navalny, de 47 años, destacó como el líder opositor más prominente en Rusia en la última década, siendo un constante crítico del presidente Vladimir Putin. Cumplía una sentencia de 19 años por delitos que sus seguidores consideraban motivados políticamente.

A finales del año pasado, Navalny fue trasladado a una colonia penal en el Ártico, catalogada como una de las más severas del país. El servicio penitenciario del distrito de Yamalo-Nenets declaró que Navalny se sintió mal después de un paseo el viernes, aunque las causas exactas de su muerte aún están siendo investigadas, según informó la agencia de noticias Tass.

Kira Yarmysh, portavoz de Navalny, comunicó que su equipo no había recibido confirmación oficial sobre la muerte, pero que el abogado del opositor estaba viajando a Siberia para obtener más información. Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, confirmó que Putin había sido informado sobre el fallecimiento de Navalny.

Navalny había estado encarcelado desde 2021 y en diciembre fue trasladado a la colonia penal del Ártico en Siberia. Sus cargos eran ampliamente considerados como motivados por razones políticas. Destacó como uno de los críticos más vehementes y mediáticos de Putin, exponiendo la corrupción dentro del gobierno ruso a través de investigaciones en video que alcanzaban millones de reproducciones en línea.

Durante más de una década, Navalny construyó una red de oficinas regionales para impulsar su campaña política y se postuló como candidato presidencial en 2018, aunque fue vetado. En 2020, sufrió un envenenamiento en Siberia, atribuido posteriormente a la exposición a un agente nervioso por laboratorios occidentales. Tras recibir tratamiento en Alemania y recuperarse, regresó a Rusia en enero de 2021, siendo arrestado de inmediato.

Antes de su encarcelamiento, Navalny residía en Moscú con su esposa Yulia y sus dos hijos. Su trágica muerte ha generado conmoción tanto a nivel nacional como internacional, planteando interrogantes sobre el estado de la democracia y los derechos humanos en Rusia.