Llueven panes en Acámbaro: una fiesta que une tradición, fe y alegría

En Acámbaro, Guanajuato, no solo llueve en temporada de agua, también llueven panes. Como parte de una de las tradiciones más queridas del municipio, los panaderos locales salieron una vez más a las calles para celebrar a la Virgen del Refugio, su santa patrona, con la ya conocida “Lluvia del Pan”.

Durante esta peculiar peregrinación, los panaderos recorren los templos de la ciudad lanzando desde vehículos más de 200 mil piezas de pan, que los asistentes intentan atrapar con sombrillas, gorras o incluso a mano limpia. El evento, que se celebra desde hace más de 50 años, es una mezcla de devoción, identidad y mucha diversión.

“La iglesia se adorna con pan de Acámbaro, un pan único en el mundo. Recordemos que con la iglesia llegó el pan”, explicó Daniel Casas, organizador del evento.

Las calles se llenaron de familias, jóvenes y visitantes que viajaron desde distintos puntos del estado, así como de otras partes del país e incluso del extranjero. Algunos, como Francisco Buitrón, lograron atrapar más de 100 piezas de pan:

“Es la octava de la Virgen del Refugio y venimos con todo a atrapar muchos panes”, dijo entre risas.

El pan de agua, protagonista de esta lluvia simbólica, es parte del legado de los frailes franciscanos que en época colonial enseñaron a hornear en esta región. Hoy, esa herencia no solo perdura, sino que se ha convertido en parte esencial de la identidad acambarense.

“Es una experiencia increíble, algo único del municipio”, contó Valeria, emocionada mientras mostraba su colección de panes.

Visitantes como Fernanda Téllez, de San Miguel de Allende, aseguran que la tradición tiene algo especial:

“Es una tradición muy bonita… pero la diversión está muy padre”, afirmó.

La Lluvia del Pan no solo celebra la fe, también fortalece la unión entre comunidades y pone a Acámbaro en el mapa como un lugar donde las tradiciones se viven a lo grande y con sabor.