Continúan las protestas campesinas; paralizan tramos carreteros de Guanajuato.

Campesinos y agricultores de Guanajuato volvieron a bloquear esta mañana tramos clave de la red carretera del estado y avanzan en caravana con rumbo a la Ciudad de México para exigir la atención del Congreso a sus demandas. La movilización, que incluye tractores y contingentes desde distintos municipios, ha provocado congestionamientos en vías como la 41, la 45D, la 57 y la 110, entre otras.

La chispa más reciente del conflicto es la discusión y avance de la llamada Ley General de Aguas, impulsada por el Ejecutivo, que los productores consideran perjudicial para el campo. Entre sus preocupaciones está la centralización del control del agua en el Estado y cambios en la figura de concesiones que, según organizaciones rurales, dificultarían la transmisión de derechos hídricos es decir, la posibilidad de heredar o vender títulos de agua y podrían dejar a pequeños productores en desventaja frente a grupos con mayor capacidad económica. Esa percepción ha sido uno de los ejes que reavivó las protestas en todo el país.

Además de la controversia sobre la ley del agua, los manifestantes mantienen reclamos históricos y económicos: exigen precios de garantía justos para granos como el maíz y apoyos para paliar la pérdida de ingresos ante importaciones y la caída de precios; en Guanajuato y regiones aledañas han pedido subsidios emergentes y esquemas de apoyo que compensen la venta de la tonelada de maíz. Estas demandas han sido expresadas en meses recientes en mesas de diálogo que según los representantes campesinos no han resuelto el fondo del problema.

La intención declarada de la caravana de hoy es clara: llevar su pliego y presión política hasta San Lázaro y forzar que diputados y autoridades incorporen sus exigencias en la discusión del dictamen. Los contingentes buscarán, con bloqueos intermitentes y marchas, visibilizar el rechazo del sector al texto tal como está planteado y empujar a la Federación a reabrir el diálogo con compromisos concretos.

En Guanajuato las autoridades estatales y federales han reportado múltiples puntos de afectación vial y han llamado a evitar las zonas con mayor presencia de tractores y caravanas; mientras tanto, algunos gobiernos municipales ya han señalado que se implementarán rutas alternas y operativos viales para minimizar riesgos y garantizar el tránsito de emergencia. El movimiento campesino advierte que, de no existir avances, las movilizaciones podrían mantenerse o intensificarse durante diciembre, con impacto en cadenas de suministro regionales.

Las repercusiones políticas y económicas son el otro remate: el bloqueo y la caravana ponen presión sobre el calendario legislativo en momentos en que el Ejecutivo impulsa la reforma hídrica, y obligan a los legisladores a calibrar respuestas que eviten mayor desabasto o pérdidas en el campo. Para los agricultores, la movilización es tanto una táctica para visibilizar su crisis como una jugada para forzar concesiones políticas; para el gobierno, representa un desafío para conciliar reformas estructurales con estabilidad social y abastecimiento alimentario.