Huracán Erick deja dos muertos y severos daños tras su paso por Oaxaca y Guerrero.
El huracán Erick, el primero de gran intensidad en la temporada 2025 del Pacífico, impactó severamente las costas de Oaxaca y Guerrero desde el miércoles 18 de junio, dejando al menos dos personas fallecidas. Además, el fenómeno causó daños materiales de consideración, cortes de energía eléctrica, deslaves y comunidades incomunicadas.
Erick alcanzó la categoría 4 de forma sorpresiva, con vientos sostenidos de hasta 205 kilómetros por hora y rachas superiores a los 250. Tocó tierra cerca de Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, provocando lluvias torrenciales con acumulados superiores a 250 milímetros en menos de 24 horas.
En Guerrero, un menor perdió la vida en el municipio de San Marcos al ser arrastrado por una corriente de agua. En Oaxaca, un hombre falleció tras recibir una descarga eléctrica mientras manipulaba un cable caído en San Pedro Pochutla.
Las intensas lluvias provocaron el desbordamiento de ríos, inundaciones en zonas urbanas, al menos nueve deslaves en tramos carreteros y la caída de árboles y postes. Más de 70 viviendas resultaron dañadas y miles de personas quedaron sin servicios básicos. En Puerto Escondido y otras zonas costeras, el oleaje alcanzó hasta 10 metros de altura.
La Comisión Nacional del Agua y Protección Civil emitieron alertas por lluvias torrenciales, posibles desbordamientos y riesgos de deslaves. En total, se habilitaron más de 2 mil albergues en Oaxaca y Guerrero, y se desplegaron elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional como parte del Plan DN-III para atender la emergencia.
Las clases fueron suspendidas en al menos 55 municipios de Oaxaca y 15 de Guerrero. Asimismo, se reportó la suspensión temporal de operaciones en los aeropuertos de Acapulco y Puerto Escondido. En la zona conurbada de Acapulco, el comercio local estimó pérdidas cercanas a los mil 800 millones de pesos, tras el cierre de más de 18 mil negocios.
Meteorólogos explicaron que Erick se intensificó rápidamente debido a las temperaturas anormalmente altas del océano Pacífico. Su comportamiento recordó a fenómenos recientes como el huracán Otis, aunque en esta ocasión, gracias a medidas preventivas, se logró reducir el impacto en zonas urbanas densamente pobladas.
Aunque el sistema ya se ha debilitado, las lluvias continuarán durante los próximos días en regiones montañosas, con alto riesgo de nuevos deslaves. Las autoridades mantienen activos los operativos de limpieza, reconstrucción y evaluación de daños, mientras la población espera la reactivación de servicios básicos.
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