Roma despide al Papa Francisco con un funeral austero y multitudinario.

El Papa Francisco, fallecido a los 88 años, fue despedido este sábado en una ceremonia que reflejó su vida de humildad y cercanía con el pueblo. Más de 250,000 personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje al pontífice argentino, cuyo legado marcó una transformación significativa en la Iglesia Católica. 

Fiel a su estilo sencillo, Francisco había dispuesto cambios en el protocolo funerario papal. En 2024, aprobó una nueva edición del «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», eliminando prácticas tradicionales como el triple ataúd y el uso del catafalco. Optó por un único ataúd de madera con revestimiento de zinc y un ambiente más sobrio para los rituales, manteniéndose fiel a su estilo pastoral.

Además, rechazó ser sepultado en las grutas vaticanas, eligiendo en cambio un nicho simple en la Basílica de Santa María la Mayor con la inscripción “Franciscus”. 

El cortejo fúnebre recorrió las calles de Roma en el papamóvil, pasando por lugares emblemáticos como el Coliseo y los Foros Imperiales, hasta llegar al barrio Esquilino. Allí, fue recibido por 40 personas marginadas, seleccionadas expresamente como muestra del compromiso del Papa con los excluidos.

La ceremonia culminó con una emotiva despedida frente al icono mariano Salus Populi Romani, en una despedida que simbolizó la humanidad, cercanía y legado singular de su pontificado.

El funeral del Papa Francisco no solo marcó el fin de un pontificado, sino también el inicio de una nueva etapa para la Iglesia Católica, que ahora se prepara para el cónclave que elegirá a su sucesor.