Tensión en Beirut tras muerte de Hassan Nasrallah en ataques aéreos israelíes

Una atmósfera de incertidumbre y miedo se ha apoderado de Beirut, capital del Líbano, después de los bombardeos aéreos israelíes en los suburbios del sur de la ciudad, donde reside una gran cantidad de civiles. En esta zona también se encontraba la sede del grupo Hezbollah, cuyo líder, Hassan Nasrallah, falleció el viernes en uno de los ataques. Junto a él, murieron altos mandos del grupo, y se teme que muchos civiles hayan sido víctimas de los bombardeos.

A pesar de que ya han pasado más de 24 horas desde que el cuerpo de Nasrallah fue recuperado del cráter provocado por las bombas, todavía no se ha anunciado un funeral, algo inusual en la tradición islámica, donde los difuntos son enterrados rápidamente. El grupo Hezbollah aún no ha nombrado un sucesor, lo que ha generado incertidumbre entre sus seguidores y ha sembrado dudas sobre la capacidad de la organización para continuar con sus operaciones.

En el sur de Beirut, la devastación es evidente. Las bombas israelíes han dejado grandes áreas destruidas, obligando a miles de personas a desplazarse hacia el oeste de la ciudad, donde han buscado refugio en parques, escuelas, iglesias y mezquitas. Las familias han improvisado campamentos, extendiendo colchones y mantas en la calle, mientras tratan de superar el miedo y la incertidumbre de lo que vendrá.

Según estimaciones de las autoridades libanesas, cerca de 1.100 personas han perdido la vida desde que Israel inició su campaña de bombardeos el pasado lunes. Israel afirma que estos ataques son en respuesta a los lanzamientos de cohetes por parte de Hezbollah, los cuales comenzaron tras una ofensiva de Hamas el 7 de octubre. A causa de la violencia, cerca de un millón de libaneses han sido desplazados, mientras que en el norte de Israel, unas 60.000 personas también han abandonado sus hogares.

Hezbollah ha prometido continuar con los ataques hasta que Israel detenga su ofensiva en Gaza, mientras que el país sigue sumido en la incertidumbre.