Los rumores sobre el futuro de Sergio «Checo» Pérez en Red Bull se han intensificado en el paddock de la Fórmula 1. Aunque algunas especulaciones pueden parecer exageradas, otras están respaldadas por hechos recientes. El piloto mexicano lleva 14 carreras sin subir al podio y actualmente ocupa el octavo lugar en el campeonato de pilotos, lo que ha generado dudas sobre su continuidad en el equipo.
Red Bull reconoció hace poco que el desarrollo de su auto, el RB20, ha tomado una dirección equivocada, un problema del que Checo lleva tiempo quejándose. A pesar de esto, la relación entre el piloto y el equipo parece haberse deteriorado.
Uno de los indicios más claros es la reciente declaración de Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, quien mencionó que es necesario reducir la diferencia de rendimiento entre Max Verstappen y su compañero de equipo, en clara referencia a Checo. Pérez, en respuesta, criticó públicamente a Horner en una entrevista, diciendo que el enfoque debería estar en mejorar el auto y no en lanzar declaraciones a la prensa.
El contrato de Checo con Red Bull tiene una duración de dos años, uno asegurado y otro opcional. Según reportes, existen cláusulas que podrían impedir que el mexicano sea degradado a un equipo inferior, como Racing Bulls, y que su salida del equipo requeriría un pago de 5 millones de dólares.
Aunque Checo ha contado con el respaldo de Horner durante mucho tiempo, su relación ha mostrado señales de tensión recientemente, lo cual es inusual. Además, la salida de figuras clave en Red Bull, como Adrian Newey y Rob Marshall, ha coincidido con el declive en el rendimiento del equipo y podría estar afectando aún más la situación de Pérez.
Helmut Marko, asesor de Red Bull, ha sido otro de los que ha puesto presión sobre Pérez, señalando que los resultados son lo más importante para el equipo. Marko ha dejado claro que la continuidad de Checo se decidirá después del Gran Premio de Abu Dhabi, el último de la temporada.
A esta presión se suma el interés de otros pilotos por el asiento de Pérez. Yuki Tsunoda, respaldado por Honda, ha expresado su deseo de realizar un test con Red Bull, mientras que el neozelandés Liam Lawson también ha ganado atención tras su participación en Racing Bulls. Lawson, quien cuenta con el apoyo financiero de Orlen, ha demostrado ser rápido y confiable, lo que lo convierte en un candidato fuerte para reemplazar a Checo si Red Bull decide rescindir su contrato.
Más allá de las especulaciones, lo que realmente podría determinar el futuro de Checo en Red Bull es su rendimiento. Aunque Max Verstappen también ha tenido problemas con el desarrollo del RB20, ha logrado mantenerse en la lucha por el campeonato, subiendo al podio en varias ocasiones. En cambio, Pérez no ha logrado encontrar esa consistencia.
El propio Checo ha reconocido que su temporada ha sido complicada, pero se mantiene optimista. Con el Gran Premio de México a la vuelta de la esquina, confía en poder dar un giro a su situación y demostrar que todavía tiene lo necesario para seguir en Red Bull en 2024.
En resumen, aunque las señales no parecen favorables, el futuro de Checo Pérez en Red Bull aún no está decidido, y todo dependerá de su rendimiento en las próximas carreras.