Ataque con bombas ‘bunker-buster’ deja cráteres en Fordow
Imágenes satelitales recientes revelaron el impacto que dejó un ataque aéreo de Estados Unidos contra la instalación nuclear subterránea de Fordow, en Irán. Las fotografías captadas por Maxar Technologies y otros proveedores muestran múltiples cráteres en la cima de la montaña donde se encuentra la planta, así como obstrucciones en los túneles de acceso y acumulaciones de tierra desplazada, lo que indica una operación de gran potencia.
El bombardeo formó parte de la llamada «Operación Martillo de Medianoche», en la que se emplearon bombarderos furtivos B‑2 equipados con bombas GBU‑57, también conocidas como «bunker-busters», capaces de perforar hasta 60 metros de profundidad antes de detonar. Según el Pentágono, esta es la primera vez que este tipo de armamento se usa en combate en lo que va del año.
Aunque no se ha confirmado si el equipo nuclear ubicado dentro de Fordow fue completamente destruido, fuentes de inteligencia señalaron que es posible que Irán haya trasladado parte de sus centrifugadoras y materiales sensibles antes del ataque. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) declaró que se detectaron daños significativos, aunque sin evidencia de una fuga radioactiva. El director del organismo, Rafael Grossi, solicitó el acceso a la instalación para una inspección técnica inmediata.
La respuesta del gobierno iraní no se hizo esperar. Las autoridades calificaron el bombardeo como una violación del derecho internacional y del Tratado de No Proliferación Nuclear. El Parlamento anunció que evaluará la suspensión de toda cooperación con el OIEA y varios funcionarios señalaron que el ataque estadounidense fue una “provocación deliberada” que amenaza con desatar una escalada mayor en la región. En un discurso emitido desde Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, advirtió que Irán considerará medidas de represalia, entre ellas el posible cierre del Estrecho de Ormuz, paso estratégico por el que transita aproximadamente el 20 por ciento del petróleo mundial.
Horas después del bombardeo, Irán lanzó una serie de misiles contra objetivos en Israel como parte de la operación denominada “Promesa Verdadera III”. Fuentes israelíes confirmaron al menos 80 heridos. El Estado Mayor iraní afirmó que los ataques eran una “respuesta proporcional” a la agresión contra su infraestructura estratégica y advirtió que la tensión continuará mientras no haya consecuencias para Washington.
El impacto internacional del ataque ha sido inmediato. Los precios del petróleo registraron un alza significativa, y gobiernos como los de Rusia y China condenaron la ofensiva estadounidense, llamando al diálogo y a la moderación. Varios países europeos expresaron preocupación por el deterioro de la seguridad en Medio Oriente y pidieron a las partes evitar acciones unilaterales.
El bombardeo a Fordow marca un punto de inflexión en el conflicto entre Estados Unidos e Irán, al atacar directamente una de las instalaciones nucleares más protegidas del país. Si bien los daños visibles son graves, el verdadero alcance del ataque aún está por determinarse. Lo cierto es que la respuesta iraní ya comenzó, y el riesgo de una confrontación mayor parece ahora más alto que nunca.
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