Estados Unidos enfrenta posible cierre parcial del Gobierno si no se aprueba presupuesto

Estados Unidos podría enfrentar un cierre parcial del Gobierno este fin de semana si el Congreso no logra aprobar un acuerdo para extender los fondos antes de la medianoche del viernes. Este tipo de cierre implicaría la suspensión de salarios para miles de funcionarios, la interrupción de servicios públicos y un impacto negativo en los últimos meses del mandato del presidente Joe Biden, que concluye en enero de 2025.

El Gobierno federal depende del presupuesto asignado por el Congreso. Si la Cámara de Representantes y el Senado no llegan a un consenso antes de que venza la ley actual, las agencias federales se verán obligadas a detener sus operaciones en áreas no esenciales. Esto afecta de forma distinta a cada dependencia, según sus planes específicos para afrontar estas situaciones.

En caso de un cierre, cientos de miles de empleados federales serían suspendidos, mientras que otros, considerados esenciales, seguirían trabajando sin recibir pago temporalmente. Aunque la mayoría de ellos recupera los salarios una vez que se reabre el Gobierno, la interrupción puede ser problemática.

Las consecuencias prácticas incluyen desde el cierre de museos y parques nacionales hasta la suspensión de inspecciones alimentarias y programas de investigación científica. Sin embargo, servicios como el pago de la Seguridad Social continuarían operando.

Desde 1976, cuando se implementaron nuevas leyes presupuestarias, ha habido alrededor de 20 cierres gubernamentales en Estados Unidos. La mayoría duró solo un día o unas horas, evitando un impacto mayor.

El cierre más prolongado ocurrió durante la presidencia de Donald Trump, entre diciembre de 2018 y enero de 2019, extendiéndose por 35 días debido a desacuerdos sobre el financiamiento para un muro en la frontera con México. Otro cierre significativo ocurrió en 1995, durante la administración de Bill Clinton, y duró 21 días.

Si bien algunos cierres han tenido un impacto limitado, otros han generado interrupciones importantes en servicios clave, afectando la vida diaria de los ciudadanos y el funcionamiento del Gobierno.

Este posible cierre subraya nuevamente las tensiones políticas en el Congreso y su impacto directo en el funcionamiento del país.