Gobernador de Michoacán señala fallas en seguridad del alcalde asesinado de Uruapan

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, informó que los escoltas del alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, habrían “flexibilizado” su esquema de seguridad durante los hechos en que perdió la vida.

De acuerdo con Ramírez Bedolla, esta es una de las líneas de investigación que siguen las autoridades estatales, con base en dictámenes periciales, para determinar cómo se facilitó el ataque ocurrido la noche del 1 de noviembre, durante el Festival de las Velas en el Centro Histórico de Uruapan.

El mandatario explicó que la escolta de Manzo estaba integrada por ocho policías municipales —elegidos por el propio alcalde— y 14 elementos de la Guardia Nacional. Sin embargo, no precisó si la investigación involucra a los 22 integrantes del equipo o solo a algunos.

El fiscal Carlos Torres Piña indicó que todos los elementos de seguridad ya rindieron una primera declaración ministerial, y aclaró que ninguno se encuentra bajo investigación como presunto responsable.

Por su parte, Juan Manzo, hermano del alcalde fallecido, también cuestionó el actuar del equipo de seguridad. Señaló que el día del ataque, su hermano fue regresado al menos tres veces al punto donde finalmente ocurrió el asesinato, bajo el argumento de que había personas que querían tomarse fotografías con él.

Carlos Manzo Rodríguez fue asesinado durante su gestión como presidente municipal de Uruapan, donde encabezó operativos contra grupos criminales y solicitó en varias ocasiones apoyo al gobierno federal, manifestando incluso temer por su vida.

Tras su muerte, su esposa, Grecia Quiroz, asumió la presidencia municipal el 5 de noviembre y lamentó que el gobierno federal solo volteara a ver a Uruapan después del asesinato.