Gripe K se adelanta al invierno y presiona sistemas de salud en el hemisferio norte

La circulación anticipada de una variante del virus de la gripe estacional generó alertas sanitarias en diversos países del hemisferio norte. Se trata del subtipo H3N2, subclado K —conocido como Gripe K— cuya expansión temprana superó las previsiones habituales para esta época del año.

En el Reino Unido, el incremento sostenido de contagios llevó a las autoridades a reforzar las recomendaciones de aislamiento para personas con síntomas, además de intensificar la vigilancia en hospitales y centros de atención. La presión ya es visible en la red hospitalaria, que reporta un aumento en ingresos por infecciones respiratorias, un escenario que normalmente se observa más avanzado el invierno.

El fenómeno no es exclusivo de Europa. Organismos internacionales han señalado que la actividad gripal comenzó varias semanas antes de lo previsto, lo que obligó a ajustar los protocolos de prevención y los modelos de predicción que se emplean cada temporada.

La variante H3N2 subclado K preocupa a especialistas debido a sus mutaciones, que podrían permitirle evadir parcialmente la inmunidad adquirida por vacunación o exposición previa. Aun así, expertos destacan que la vacunación continúa siendo fundamental, ya que contribuye a reducir complicaciones graves y hospitalizaciones, sobre todo en grupos vulnerables.

Factores ambientales como el uso prolongado de espacios cerrados en invierno, la ventilación limitada y la movilidad urbana también favorecen la transmisión del virus. Por ello, autoridades sanitarias insisten en mantener medidas preventivas como el aislamiento oportuno, la ventilación adecuada y la higiene frecuente.

La combinación de un virus más adaptable, un inicio anticipado de la temporada y condiciones favorables para el contagio explica por qué países como el Reino Unido han optado por medidas adicionales para contener la propagación y reducir su impacto en la salud pública.