Los tejedores de palmas de San Miguel de Allende, tradición de Semana Santa.
Decenas de artesanos Otomíes, originarios de las comunidades del norte de Guanajuato, tejen las palmas que serán utilizadas en la representación de la entrada de Jesús al templo, en este Domingo de Ramos en San Miguel de Allende.
Este ancestral arte de tejido de fibras naturales, es enseñado aún en las comunidades Otomís y Chichimecas guanajuatenses, que con los años se fusionaron con las tradiciones cristianas.
“Primero fue en generación, pero era petate, era soplador, eran tapetitos como para la cama, sobre cama y de eso ya fuimos cambiándole, ya luego agarramos a popote, luego empezamos hacer campanas y de campanas, cambiamos a Cristo”, afirmó Ofelia, tejedora de palma.
Pascual es un joven que aprendió este arte de su abuelo y hoy teje obras de arte que fueron bendecidas este domingo que da inicio a la semana mayor, para ser colocadas en cientos de casas.
Fuera de la parroquia de San Miguel en San Miguel de Allende, los tejedores otomíes, venden este signo en una de las celebraciones más importantes para los católicos, como es la entrada de Jesús al templo.
Para los católicos guanajuatenses, la figura de Jesús encima de un burro representa esperanza y renovación de su fe. Para los herederos de estas etnias, una forma de preservar sus raíces.
Con la bendición de las palmas en San Miguel de Allende se inician los festejos de la semana Mayor.
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