Promotores de la Salud fortalecen el vínculo entre comunidad y servicios médicos.

El papel del Promotor de la Salud resulta clave en la atención primaria, al convertirse en el vínculo directo entre la población y los servicios sanitarios. Su labor está orientada a fomentar cambios en el entorno, promover el bienestar y difundir estilos de vida saludables, principalmente mediante la educación comunitaria.

Entre sus funciones destacan el empoderamiento de la comunidad y la capacidad de conectar las necesidades de las personas con las instituciones y programas de apoyo disponibles. A través de su trabajo también se generan proyectos comunitarios que fortalecen la participación social, impulsan nuevas formas de organización y buscan mejorar los determinantes sociales de la salud.

La figura del promotor no solo se limita al ámbito profesional, sino que refleja una tarea colectiva: “Todos somos promotores de salud”, se enfatiza, en referencia a la corresponsabilidad que exige la construcción de entornos más sanos.

El reconocimiento a esta labor subraya la importancia de consolidar al Promotor de la Salud como un enlace esencial entre la comunidad y los servicios públicos, además de como un motor en la generación de confianza y en la promoción de hábitos de vida saludables.